Es hora de cambiar las ventanas de casa. Sin duda, una excelente decisión que tendrá una repercusión directa en el confort y bienestar de tu hogar. Ahora bien, no todos los materiales cuentan con las mismas prestaciones. Por este motivo, te acercamos unos cuantos consejos y puntos a tener en cuenta a la hora de elegir una buena ventana.

 

El aislamiento del frío y del calor

La temperatura de tu casa no depende solo de la calefacción o el aire acondicionado. Las ventanas juegan un papel determinante. Una buena ventana aislará tu casa del frío y del calor, consiguiendo que el gasto energético sea menor.

Todos los materiales no aíslan por igual. En la actualidad, son las ventanas de PVC las que aportan un mayor aislamiento, incluso en zonas geográficas con temperaturas muy bajas. Por otro lado, en los meses calurosos, las ventanas de PVC crean una barrera térmica que hará que apenas necesites encender el aire acondicionado.

¿Quieres saber cuánto puedes ahorrar cambiando tus ventanas? Esta calculadora te permite conocer el ahorro energético que puedes obtener sustituyendo tus viejas ventanas por unas de PVC, además de conocer todos los elementos de los que se compone una ventana para que realices una buena elección. Realiza el test y empieza a ahorrar desde hoy mismo.

 

El aislamiento acústico

Las ventanas también son un elemento de primer orden a tener en cuenta para aislar tu casa acústicamente del ruido exterior. En zonas muy urbanizadas, como las grandes ciudades, este tipo de ventanas son esenciales. En este caso, también debemos recomendar la elección del PVC. Este material proporciona un gran aislamiento acústico, incluso en aquellas zonas saturadas de contaminación por ruido, como las grandes ciudades o zonas próximas a aeropuertos. Esto se traduce en estancias interiores mucho más tranquilas, sin problemas para conciliar el sueño y descansar. En definitiva, mejoran la calidad de vida de las personas que habitan estos espacios.

 

Evitar los problemas de condensación

 


 

Debido a la humedad relativa del aire, la cual se genera por los cambios de temperatura del aire, en el interior de las casas se acumula agua condensada. Como resultado de esta condensación, la humedad relativa del aire en el interior es mayor. Este efecto se traduce en ventanas mojadas, algo que, además, puede pasarte factura en otros elementos y materiales de tu hogar como son las paredes, cortinas o incluso en muebles de madera y parqué.

En el caso de las ventanas de PVC esto no sucede porque la variación térmica del interior se reduce. Su aislamiento térmico es tal que minimiza al máximo el riesgo de condensación. El problema de humedades pasará a un segundo plano con este tipo de ventanas.

 

Ventanas con una larga vida útil

 


Cuando nos planteamos escoger un material con una larga vida útil el PVC nuevamente es una de las mejores opciones. Si la composición del material está bien formulada éste no sufrirá ninguna alteración debida a agentes externos, ofreciendo una durabilidad de hasta 100 años. Las ventanas de PVC no se alteran con el cambio de temperaturas, ni con la radiación solar, la humedad, el frío o la salinidad. Este material no se ve afectado tampoco por la polución ambiental. Además, hay que añadir que su mantenimiento es muy sencillo. Tan sólo necesitas agua y jabón. Si escoges este tipo de ventanas, serán ventanas para toda la vida.

 

Opción respetuosa con el medio ambiente

 


 

Apostar por materiales respetuosos con el medio ambiente también es algo importante que debemos de considerar.

En el caso del PVC estamos ante un material amable con la tierra. Sólo emite vapor de agua a la atmósfera durante su proceso de transformación y se trata de un material reciclable 100%.

 

Amplia gama de colores y acabados

 

 

Por sus características el PVC es uno de los materiales más interesante para cambiar nuestras ventanas. Es ecológico, sostenible y muy buen aislante. Además, las ventanas se pueden personalizar gracias a los diferentes acabados y colores disponibles.

 

Sistemas de apertura ¿practicables o deslizantes?

 

A la hora de escoger ventanas, podemos optar por varios sistemas de apertura. Los principales son los practicables y los deslizantes. Los sistemas practicables son quizá los más demandados, tanto en ventanas como en puertas acristaladas. Son unos sistemas que giran sobre los herrajes situados en el lateral de las hojas y proporcionan una apertura total del hueco.

En los espacios más amplios, este tipo de ventanas funcionan bien. No obstante, hay que tener en cuenta que las ventanas deslizantes pueden ser más apropiadas si queremos aprovechar al máximo el espacio (recuerda que al abrir una ventana practicable dejarás partes de la pared contigua ocupada y necesitarás disponer de espacio para abrirla).

Por otro lado, los sistemas deslizantes consiguen que la perfilería sea mucho más sutil, dejando a la vista el paisaje. Además, las hojas se desplazan de forma horizontal sobre un carril guía y no ocupan nada al abrirse. Actualmente hay soluciones que permiten la apertura de grandes superficies. Un sistema deslizante que además, contribuye al ahorro de energía gracias a sus perfiles multicámara. Se adapta a las grandes superficies con un máximo rendimiento y sin pérdida alguna de energía.

Aparte de estos dos sistemas, otro de los más demandados es el de apertura oscilobatiente. Son ventanas que combinan dos tipos de apertura, la practicable y otra que tiene una función que permite abrirla solo un poco por la parte superior. Este combina las ventajas de la apertura lateral de las practicables y la inclinada del modo batiente. El primero facilita la limpieza y, el segundo permite airear la estancia con facilidad sin necesidad de dejar abierta toda la ventana.

 

Protege tus ventanas del sol

 

Es inevitable que el sol impacte en tus ventanas y cuando la luz del sol es muy intensa normalmente hace que la temperatura interior de tu hogar aumente. Protegerlas es la solución ya que de esta forma mantienes la temperatura de cada estancia a la vez que controlas la acción del sol sobre muebles y demás objetos que se deterioran con la exposición al mismo.

Existen varias opciones para proteger tus ventanas. Puedes optar por las típicas mallorquinas exteriores. En este caso es también recomendable el PVC. Por ejemplo, las mallorquinas exteriores se adaptan a cualquier forma de ventana y diseño arquitectónico. Además, hay que destacar que no sólo protegen del sol, también decoran.

Quizá no quieras mallorquinas exteriores, pero te encante el efecto de las contraventanas interiores. Es una alternativa estupenda para las viviendas más antiguas. Una estética clásica que también ayudará a mitigar el impacto del sol en el interior de casa.

Por último, recuerda que siempre puedes optar por el sistema de persianas convencional. Puedes instalarlas de forma vista u oculta, monitorizadas o manuales, protegiendo así tu vivienda de la radiación solar y ayudando al aislamiento térmico y acústico.

Fuente: Habitissimo